sábado, 12 de marzo de 2011

Magdalena Carrillo, RUPTURA

Con este amargor tan extraño que me sube desde las vísceras hasta la boca le digo que ya no puedo más. Noto cómo la bilis se remueve en mi interior y el miedo atenaza mi garganta. Siento náuseas. No puedo más y él se ríe a carcajadas mientras me va empujando hacia la cocina. El vómito asciende hasta mi boca con el tiempo justo de llegar al fregadero. Son ásperos momentos en los que se me aparece, como en una nebulosa, toda nuestra vida en común, que no quiero que siga siendo la mía. Ya no me reconozco y él es un desconocido para mí.

2 comentarios:

  1. Amargo como ninguno!! Pero cómo se puede llegar a algo así donde hubo amor??? Me da un terror...

    ResponderEliminar