domingo, 21 de marzo de 2010

UN ESPLÉNDIDO SUEÑO

A M.S.

El mar brota inmenso,
la mañana se muestra azul,
un viento suave nos besa la piel.

Yo sería una madre
y tú mi niño
vestido de manzana.

Avanzamos remando hacia la isla fugitiva,
de arenas blancas,
tesoros de caracolas nos aguardan.

La paciencia instintiva y pétrea
rema y rema
ante el lazo umbilical de tu mirada.

Una ola inesperada
te arranca de mi paisaje
yo, serena, me lanzo de cabeza al agua.

Aguas cristalinas
acompañan mi vuelo
a los secretos turquesas de su fondo.

Allí estás tú,
te aferras a mis brazos
y salimos impulsados por la fuerza
de nuestros corazones.

De nuevo en la barca,
me despierto
con el sabor de la sal en mis labios.

Venturosa noche
en que soñé
el orgullo de alumbrar
tu ser de nuevo.

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