lunes, 17 de mayo de 2010

ALICIA V

La reina de corazones  
por Kirmen Uribe

Cómo me gustaba la escena del juego de croquet en Alicia en el País de las Maravillas. Me gustaba que se utilizaran flamencos en vez de mazas, y erizos en vez de bolas. Pero, sobre todo, me reía cuando la reina gritaba "¡que le corten la cabeza!" cuando aparecía por ahí la cabeza del gato de Cheshire, sin el cuerpo, y el verdugo no sabía a qué atenerse. Es así como funciona el poder muchas veces, de una manera mecánica y absurda.
A mí, la reina de corazones me recordaba a mi abuela. Y es que tenía muy mal genio, casi tanto como la reina. El croquet, por su parte, me hacía pensar en otro juego, en el fútbol. Mis abuelos siempre se enfadaban cuando jugaba el Athletic de Bilbao. Los dos eran muy aficionados. Sin embargo, cuando el partido era televisado, mi abuela se ponía muy nerviosa, por lo que apagaba el televisor y empezaba a hacer punto en su sofá. Mi abuelo hacía de tripas corazón y, como no podía ver el partido, se iba a la cocina y ponía la radio a muy poco volumen para escucharlo. Muy bajito, para no molestar a la abuela. Cuando había novedades, el abuelo iba a la sala donde estaba su mujer haciendo punto y se las contaba. Si el abuelo cruzaba el largo pasillo con el paso lento, la abuela sabía que el gol lo había metido el equipo contrario. "Ya puedes volver a la cocina", le gritaba desde la sala, "ya sé lo que ha pasado". Y el abuelo retornaba a la cocina. Pero si el paso del abuelo era cerrado, rápido, la abuela adivinaba que era el Athletic el que había anotado. Ella sonreía, incluso le dejaba al abuelo darle un beso en la mejilla, mientras seguía haciendo punto.
Y el abuelo volvía a la cocina muy contento. Más contento que con el gol.

Kirmen Uribe

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